Eficiencia energética de la carpintería metálica

¿Qué es la eficiencia energética?

La eficiencia energética de la carpintería metálica o en general –o uso eficiente de la energía- trata de reducir el consumo energético asociado a la generación de algún servicio, reduciendo a su vez, la emisión de gases de efecto invernadero a la atmósfera.

Entonces, ¿cuándo nos encontramos con un edificio eficientemente energético?

Un edificio es eficiente energéticamente cuando la cantidad o demanda de energía consumida para satisfacer el uso normal de este es baja y en su mayoría proviene de fuentes renovables.

Actualmente, con el pistoletazo de salida de la nueva normativa sobre ahorro energético que establece el “Código técnico de la edificación” (CTE), la mayoría de las nuevas edificaciones se acercarán al estándar de consumo energético casi nulo. Serán construcciones sostenibles en las que se establecerá un uso razonable de la demanda energética, ya que la poca energía que el edificio necesite para cumplir los requisitos mínimos de confort tendrá que ser aportada en gran medida mediante fuentes de energía renovables.

Y todo esto, ¿por y para qué?

Todo esto se plantea para contener los efectos del cambio climático.

Desde la creación de un Grupo Intergubernamental de Expertos sobre Cambio Climático (IPCC) en 1988, se han ido marcando diferentes objetivos para afrontar las causas y consecuencias que han desarrollado el cambio climático que nosotros mismos hemos provocado, y así paralizar los devastadores daños que este supone para el planeta en el que vivimos.

El último acuerdo establece la necesidad de conseguir que los gases emitidos sean los mismos que los gases que el planeta puede admitir, cuya fecha límite se ha marcado en 2050.

Pero este reto, ¿cómo lo podemos conseguir?

El 90% de nuestro tiempo somos usuarios de algún tipo de edificio, ya sea nuestra propia vivienda, nuestro lugar de trabajo, la escuela, el teatro, etc. Todos ellos consumen energía tanto para climatizar e iluminar sus espacios, como para ventilarlos o producir el agua caliente sanitaria que necesitan.

Esto supone que el 40% del consumo energético de todo el planeta viene derivado de la demanda energética del sector de la edificación. Por lo tanto, la eficiencia energética en la edificación es clave para reducir la emisión de gases de efecto invernadero a la atmósfera.

Más allá de las viviendas de nueva construcción es importante poner el foco en el parque inmobiliario tan extenso que existe, ya que es el culpable de consumos tan elevados. En su mayoría, se tratan de edificaciones que olvidaron adaptarse al medio en el que se construyeron, y por ello, su comportamiento energético es muy deficiente. Si miramos las estadísticas en España el 38% de las personas no están satisfechas con el aislamiento al frío o al calor de sus viviendas.

¿Cómo se mejora la eficiencia energética de un edificio existente?

Existen tres puntos clave que además inciden directamente en el confort del usuario final:

  1. Mejora de la envolvente del edificio reduciendo su transmitancia térmica global con más aislamiento, mejores carpinterías, soluciones de control solar y reduciendo los puentes térmicos.
  2. Mejora de la permeabilidad al aire, controlando las infiltraciones descontroladas y, por tanto, la hermeticidad del edificio estrechamente relacionada con las pérdidas de energía del edificio.
  3. Instalando maquinarias de alta eficiencia energética y sistemas de producción de energía renovable.

En relación con las carpinterías de aluminio ¿en qué nos afecta?

Según ASEFAVE (Asociación española de fabricantes de fachadas ligeras y ventanas) las mayores pérdidas o ganancias de calor se producen a través de los huecos. Entre el 25% y el 30% de nuestras necesidades de calefacción son debidas a ellas.

Las carpinterías deben ayudar a limitar la demanda necesaria para conseguir el confort dentro de la vivienda. Es decisivo en ese sentido, tanto su superficie como su orientación, así como la transmitancia térmica y la permeabilidad al aire que tenga.

La propia ASEFAVE, junto con el IDAE (Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía) y el Ministerio de Industria, Comercio y Turismo, entre otros, han creado la web: ventanaseficientes.com donde nos permiten crear una simulación de la etiqueta de eficiencia energética de la carpintería que se va a fabricar, de modo que podemos realizar comparativas entre diferentes soluciones para saber cual nos interesa más.

Esta etiqueta no establece consumos pero sí una clasificación que diferencia de invierno o verano, directamente vinculada con los parámetros del marcado CE.

Entonces, cuáles son las claves para elegir una buena carpintería:

  • Que garantice una baja transmitancia térmica.

Y, ¿esto qué es? La transmitancia térmica es el flujo de calor que se produce a través de la ventana desde el lado caliente al frío, por tanto, cuanto menor sea su valor mayor será el aislamiento que nos aporte.

Un perfil de carpintería de aluminio con rotura de puente térmico puede alcanzar transmitancias tan bajas como por ejemplo las de los perfiles de la serie Q77+ de Qsystems, cuyo valor de máxima eficiencia es 1,9W/m2K. Esto permite que el conjunto de la ventana, en el que hay que tener en cuenta otros factores como el vidrio que se elige y si lleva o no persiana, llegue a valores de transmitancia de hasta 0,9W/m2K.

  • Que la permeabilidad al aire sea la mínima posible.

Este parámetro está estrechamente relacionado con el sistema de apertura de la misma. Para alcanzar valores bajos debemos elegir carpinterías con sistemas de apertura batientes o correderas elevables, cuya permeabilidad se encuentra entre los 9 y 3 m3/h·m2.

Con este tipo de aperturas evitamos las infiltraciones desde el exterior a la zona climatizada, disminuyendo la demanda energética que necesitaremos para alcanzar el confort térmico y ayudando a mejorar el confort acústico.

Por otro lado, la permeabilidad al aire está completamente vinculada a la manera de instalar las carpinterías. Es muy importante controlar su instalación y realizarla según la normativa que la regula “UNE 85219:2016. Ventanas. Colocación en Obra”. Además el Código Técnico de la Edificación, en su última actualización recomienda seguir dicha norma.

Para facilitar que la instalación se lleve a cabo correctamente, ASEFAVE realizó una GUÍA DE INSTALACIÓN DE VENTANAS, específica para su colocación, de libre acceso, que nos ayuda a garantizar un correcto montaje que asegure la resistencia mecánica, una correcta permeabilidad al aire y estanqueidad al agua, y un correcto aislamiento acústico y térmico.

  • Que el tipo de vidrio sea el adecuado para la zona en la que se instala la carpintería.

El vidrio es un elemento esencial en la elección de una buena carpintería, ya que representa aproximadamente entre el 90-80% de la ventana. Es el componente por el que más pérdidas energéticas se producen.

Como mínimo han de ser unidades de vidrio aislante, es decir, vidrios dobles o incluso triples separados mediante una cámara rellena de aire deshidratado o de gas Argón, de no más de 16mm y con intercalarios de PVC.

Dependiendo de la ubicación y orientación del edificio deberán ser vidrios, bajo emisivos que favorecen el aislamiento térmico, tendrán un determinado tipo de factor solar e incluso se les tendrá que dotar de control solar si es necesario.

  • Que la instalación de la persiana sea lo más estanca posible.

En cuanto al tipo de persiana, es mucho mejor elegir una persiana integrada en la carpintería tipo compacta, cuya caja estará aislada térmicamente y contará con un cierre estanco. Si la persiana además estuviera motorizada, evitaríamos posibles pérdidas de energía por el mecanismo de cierre manual con cinta.

Por este motivo, os recomendamos que antes de elegir la carpintería os asesoréis con profesionales del sector que os orienten para que la elección se corresponda con vuestras necesidades y que os garanticen una correcta instalación.

Una vez fabricada la carpintería deberá contar con su correspondiente marcado CE, que asegura que se cumplen los parámetros normativos vigentes a nivel de ahorro energético, que tan importantes son para poder reducir la emisión de los gases nocivos para el planeta y, a fin de cuentas, para nosotros mismos.

Autora: María Monzón (arquitecta)